El 7 de Enero de 2015, ayer, nos levantábamos con una trágica noticia: un
tiroteo en la sede de Charlie Hebdo en París dejaba como resultado 12 muertos.
No era un acto puntual, si no que se debía a un acto terrorista de unos
desalmados, unos cobardes, unos asesinos que prefieren que impere su reino del
miedo y la venganza antes que el de la paz, la solidaridad, la libertad y la
democracia.
Rápidamente en todos los telediarios exponían que eran islamistas, musulmanes,
inmigrantes y demás apelativos mientras ponían las imágenes de como remataban a
un policía en el suelo al grito de “Alá es grande”. En esos momentos, me acordé
de Van Dijk en su libro “El racismo y el discurso de las elites” en el que este
autor defiende que las élites son racistas, discriminan y generan división
porque ellos marcan las actitudes aceptadas y lo promueven a través de sus
medios y el discurso, como ayer pasó en ciertos telediarios.
Ayer no asesinaron unos musulmanes a unos europeos. No. Ayer lo que hubo
fue un atentado para promover el odio y el terror mediante un asesinato a manos
de unos fanáticos, fascistas, extremistas, terroristas, cobardes y demás
apelativos. Su procedencia, su nacionalidad y su lengua materna no nos interesa.
Su religión, quizás, porque pretenden
implantarla a punta de pistola. Pero ésto ni engloba ni generaliza a todos los
musulmanes, al igual que los del Frente Atlético no representan a la afición
atlética cuando asesinaron a dos hinchas de la Real y del Depor, o, ETA
tampoco representa a los vascos.
Pero, hay que tener en cuenta que el miedo es un valor que vende hoy, vende
en la política y en los negocios ¿Cuántas veces han utilizado a ETA para
implantar leyes restrictivas o para desmovilizar manifestaciones o movimientos
sociales?¿Cuantas veces han utilizado en EEUU a Al Qaeda para aprobar leyes
restrictivas o declarar la guerra? Pero ya no solo las bandas terroristas, sino
también: la inmigración, los asesinatos
aislados, etc. Hechos que se usan desde ciertos sectores con una intención electoral
y política.
Ayer, el Frente Nacional (partido fascista y que propone expulsar a los
inmigrantes de Francia) ganó aproximadamente varios miles de votos. En España
partidos como Plataforma per Catalunya o su filial madrileña, Partido por la
Libertad, entre otros, acercaron sus tesis (antinmigración y antislam) a cierto
sector de la población, que ya de por sí está pasándolo mal con la crisis y que
tienen miedo de estos actos fascistas y terroristas, y del supuesto derrumbe de una sociedad que no está
para nada en peligro.
Los extremismos violentos necesitan una sociedad sumida en el miedo para poder
controlarlas. Por ejemplo, en los años 30, Hitler organizó y alentó su odio contra los
judíos (y otras minorías como los gitanos) para implantar su ideario, sabía que
eran una minoría, por lo tanto débil, fácil de atacar y que no podrían
defenderse. Así que les acusó de todos los males desviando la atención de la
realidad y así poder controlar la sociedad.
Hoy en día, los herederos del líder alemán de los años 30, utilizan su
misma táctica: acusan a la inmigración
de todos los males, sin ser conscientes de que si están en España es porque el
capitalismo les necesita. Necesita su mano de obra barata y en condiciones de
semi-esclavitud. Necesita que hagan los trabajos que nadie quiere hacer. Que
consuman y que paguen impuestos aunque ellos luego no reciban servicios (si no
se tiene papeles no se tiene derecho a sanidad o ayudas sociales, entre otras).
Pero aun así, estos partidos usan a los
inmigrantes para conseguir sus fines e
implantar su reino del terror y antidemocrático, aunque son conscientes de que
sus propuestas sí que son irreales e imposibles de realizar.
Ayer los asesinos fascistas y terroristas querían impulsar una espiral de
violencia, que solo beneficia a sus compis fascistas franceses, para alimentar
el odio y la violencia que divide a la sociedad francesa y europea.
Yo no tengo miedo, ni sus actos me van a intimidar, como no deberían
intimidar a nadie. Al terror se le combate con valentía y pacifismo activo, con
la cohesión de toda una sociedad contra los asesinos y los que quieren imponer
el reino del terror.
Hoy más que nunca, los musulmanes y los cristianos, los nacionales y los
inmigrantes, los ateos y los religiosos, todos y todas debemos luchar juntos.
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